Entrevista a Joaquín Navarro-Valls, exportavoz del Vaticano.
02 Oct. 12 /(ACI/EWTN Noticias)
Joaquín
Navarro-Valls, quien fuera director de la Sala de Prensa de la Santa Sede al
servicio del Beato Papa Juan Pablo II por más de 20 años, afirmó que
"cuando el cristiano se comporta como cristiano convence siempre, e incide
en el ámbito institucional, colectivo o familiar donde se encuentra".
"Una
persona con convicciones posee una fuerza infinitamente superior a la de quien
solamente tiene intereses", señaló, y añadió que "el cristianismo es
sobre todo un modo de vivir, que razona la vida, la explica y la hace
comprensible", continuo diciendo durante su intervención en la IV Jornada de Católicos y
Vida Pública que organiza la Universidad de Santo Tomás, en Antofagasta
(Chile), el 1 y 3 de octubre.
Navarro-Valls
advirtió que se formulan mal los temas de la comunicación y el testimonio
público si se cree "que la transmisión de la fe depende de poseer una
excelente técnica comunicativa. Esto tiene algo de verdad, pero en su conjunto
es falso".
"Los
primeros cristianos comunicaban magníficamente, pero ninguno poseía una
licenciatura en comunicaciones, ni tenían un extraordinario nivel
cultural", indicó.
El exportavoz
vaticano remarcó que "los primeros creyentes sabían que la vida pública
era mucho más que la vida pública política. La vida pública la formamos
nosotros".
Navarro-Valls
también señaló en su ponencia que una democracia debería reconocer ante todo la
naturaleza religiosa del ser humano.
"Cuando
un Estado, por ejemplo, respeta la religión, no debe hacerlo como un fenómeno
cultural sino antropológico", subrayó.
Navarro-Valls
aseguró que en la historia de la humanidad "no ha existido nunca una
cultura no religiosa. Existen personas que no creen, pero las culturas han sido
religiosas siempre".
"El
agnosticismo es un fenómeno histórico reciente, es la secularización del
pensamiento original humano que era religioso", indicó.
Citando
al pensamiento de santos, Navarro-Valls, señaló que "Santo Tomás mismo
sentía la necesidad de hablar de la importancia social de la religión, porque
estaba convencido de que la expulsión de lo religioso de las leyes del Estado
sería asistir a la extinción de la justicia".
"El
mismo pensamiento se repite en otros autores como San Agustín, que consideraba
que sin religión el Estado no sería sino una gran banda de ladrones",
recordó.
Navarro-Valls
criticó a quienes ven a la fe católica como un hecho cultural, pues "el
error de esta visión es no tener en cuenta la enorme diferencia que separa el
disfrute de una obra de arte de la relación humana con Dios".
"Si
bien puedo apreciar una pirámide egipcia sin ver en ella ningún elemento de
verdad, no puedo rezar si no creo que hay Alguien que me escucha", indicó.
El exportavoz
vaticano también rechazó que la fe católica sea exclusivamente un código moral,
como algunos creen y difunden.
"A
Dios le confío toda mi existencia, a un código moral no le concedo ni un cuarto
de hora de mi vida", señaló.
Navarro-Valls
advirtió que en medio de la actual situación neopagana que se vive en el mundo,
"la fe no puede jugar ya a la defensiva, no puede hacer un fútbol a la
defensiva. Ya no es una tradición por salvaguardar, sino una perspectiva de
vida futura que hay que recrear y construir".
"Esa
es la tarea que tenemos nosotros. Una posibilidad nueva, grande y auténtica,
muy parecida y similar a la de los primeros cristianos".
El exportavoz
del Beato Juan Pablo II relató que en una ocasión, poco antes de hablar frente
a los representantes de las Naciones Unidas y a pesar de que oficiaría Misa en
la tarde, en el Yankee Stadium, el Santo Padre pidió que preparasen lo
necesario para la celebración eucarística porque sintió la necesidad de
suplicar a Dios una fuerza especial.
Con
esta anécdota, Navarro-Valls explicó que a pesar de cualquier estrategia
elaborada, si falta la necesidad del trato directo, personal, con Dios,
"no va a ninguna parte".
"Juan
Pablo II tenía tal familiaridad con Cristo, una unión casi ideal, que le
permitía prácticamente actuar como Cristo en cada circunstancia", señaló.
Navarro-Valls
indicó que en su convivencia con "tres santos Josemaría Escrivá, Juan
Pablo II y la beata Teresa de Calcuta", encontró algo común, "el
sentido de la responsabilidad de la propia vida".
"Pero
la cosa que se veía inmediatamente en los tres era el buen humor, incluso en
situaciones en las que todo hacía pensar que lo más adecuado era llorar",
dijo.
El exportavoz
vaticano calificó a este buen humor como una "virtud que el cristiano debe
vivir y proponer como un rasgo definitivo del cristianismo".