Uno de los psiquiatras españoles más
reconocidos. Ha estudiado las aportaciones terapéuticas del vino y ha publicado
una veintena de libros de autoayuda.
Enrique
Rojas, psiquiatra. “Diario de Sevilla”,
entrevista José Joaquín León, 28.04.2012
-¿Han aumentado las depresiones con la
crisis?
-Sí.
La crisis ha aportado a la psiquiatría un fondo melancólico, desdibujado,
pesimista… Ha creado un marco depresivo.
-¿Hay una receta psicológica contra el
paro?
-Lo
primero es intentar buscar trabajo. Mientras llega, que no es fácil, hay que aprovechar
para formarse mejor, aprender idiomas, informática… También participar en
actividades de solidaridad. Todo eso ayuda.
-¿Qué tipos de depresiones son más
frecuentes?
-Hay
dos modalidades. Una es endógena, por causas biológicas, bioquímicas y hereditarias.
Otra es exógena, por los acontecimientos. Ahí influyen los problemas del
trabajo o la desestructuración de la familia. Hoy la primera epidemia en Europa
no es el sida, o las drogas, o el estrés, sino las rupturas conyugales. Tantas
parejas rotas son el origen de muchas depresiones.
-Las rupturas crean problemas a los
cónyuges. ¿Y a los hijos?
-Tenemos
a los niños ping-pong, los hijos de padres separados, que pasan un fin de
semana aquí y otro allí. Es un modelo difícil de llevar, porque normalmente la
madre es la mala y el padre es el bueno, en el sentido de que la madre impone
la disciplina educativa y el padre dice que sí a todo. Eso hace que, de
mayores, tengan un comportamiento parecido.
-Su último libro, No te rindas, es como un
lema para tiempos difíciles.
-Se
basa en el lema de Tony Blair cuando ganó en el 97: "Nunca te
rindas". También nos recuerda una frase de Unamuno en su Diario íntimo:
"No darte por vencido ni aún vencido, no darte por esclavo ni aún
esclavo".
-¿Qué debemos hacer para no rendirnos?
-Hay
tres consejos para no rendirnos. Primero, una visión positiva, ver siempre la
parte buena. Segundo, tener una voluntad de hierro. Tercero, diferenciar entre
las metas y los objetivos.
-¿Qué diferencias hay?
-Las
metas son generales y amplias; los objetivos son medibles. Por ejemplo, para un
estudiante, una meta es aprobar el curso. Objetivos serían ir a clase, tomar
apuntes, estudiar todos los días... Cuando hay objetivos claros es más fácil no
rendirse.
-¿Aspiramos siempre a buscar la felicidad?
-La
felicidad es la rampa hacia donde apunta la conducta del ser humano. Pero
consiste en estar contento con uno mismo, al comprobar que ha hecho en la vida
el mayor bien posible y el menor mal consciente.
-¿Cómo se consigue?
-Teniendo
un proyecto de vida coherente. Hay cuatro criterios básicos, que son amor,
trabajo, cultura y amistad. La felicidad es lo que he ido haciendo, según lo
que programé. Por ejemplo, al que no tiene trabajo y vive en desamor ya le
fallan dos patas de las cuatro.
-¿Nos ponemos el listón muy alto para ser
felices?
-Es
uno de los mayores errores, equivocarse en las expectativas. Según un estudio,
la felicidad es más probable en aquellas personas que se marcan expectativas
bajas y escasas, o medias. Así no te equivocas.
-Suele decir que la felicidad no depende de
la realidad.
-En
un reciente artículo, titulado “Cómo superar las adversidades”, explicaba los
ejemplos de cuatro personajes que fueron felices en circunstancias muy
difíciles, en las que sufrían cárcel y persecución: Tomás Moro, Alexander
Solzhenitsyn, Boris Cyrulnik y el obispo Van Thuan. Con ellos se ve que la
felicidad no depende de la realidad, sino de la interpretación de la realidad
que uno tiene. Depende del sentido que hayas dado a tu vida.
-Hace 20 años escribió un libro titulado El
hombre light. ¿Los hay todavía?
-Hay
menos, pero siguen quedando.
-¿Cómo se reconocen?
-El
hombre light es un producto como la cola sin cafeína o el azúcar sin glucosa.
Tiene cuatro grandes notas: hedonismo, consumismo, permisividad y relativismo.
Es decir, placer, tener, todo vale y haz lo que quieras.
-¿Hedonismo y materialismo son los dos
grandes males posmodernos?
-El
materialismo es malo porque las cosas mejores de la vida no se ven ni se tocan.
Pensemos en el amor. El hedonismo es la entronización del placer y viene de los
griegos. En el mundo antiguo, Séneca pensaba que la felicidad depende de la
virtud, frente a Epicuro, que opinó que la felicidad depende del placer. Hoy
sabemos que la felicidad depende de tener una vida lograda.
-Es muy crítico con la promiscuidad sexual.
-Efectivamente,
soy crítico, porque conozco a gente promiscua que es muy desgraciada. Y también
a gente sin actividad sexual, incluso jóvenes, que son felices. Lo importante
es que la sexualidad se debe integrar en el proyecto de vida, conectada con un
amor responsable.
-La eterna disyuntiva del amor o sólo sexo…
-El
sexo sin amor es una relación anónima, de usar y tirar. En la sexualidad con
amor comprometido hay una relación íntegra de lo físico, lo psicológico, lo
espiritual y lo biográfico. El sexo sin amor es cuerpo a cuerpo. La sexualidad
con amor es de persona a persona.
-Le considerarán anticuado.
-No...
Yo soy una persona abierta, de mi tiempo, del siglo XXI. Una vez me preguntaron
en qué época de la historia me hubiera gustado vivir y dije que me gusta vivir
en el siglo que estoy.
-Usted nació en Granada. ¿Los andaluces son
menos depresivos que la media?
-Andalucía
es una tierra especial, con mucha luminosidad, con gente abierta… Aunque hay
matices, incluso de cada provincia. Pero Andalucía es una forma de mirar la
realidad. Yo vivo en Madrid desde hace muchos años, pero me siento andaluz de
fondo.
-¿Nos puede dejar un mensaje optimista?
-Puedo
decir que hoy la depresión endógena se cura en un 90% de los casos. Y ello
gracias a tres grandes avances: uno es la vacuna, que frena la recaída; otro,
el estimulador magnético transcraneal, que corrige la depresión hereditaria que
no mejora con fármacos; y el tercero, la aplicación de electrodos en el nervio
vago. Eso es muy positivo.