Cardenal Jorge Mario Bergoglio
2. El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y
sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos
necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás.
Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes.
Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios y los gerentes. Estas
personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.
Necesitan la guía de Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les
sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor
de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o
postrados por las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche.
Nunca será demasiado lo que ores por ellos. También debe invitarnos a orar por
los matrimonios.
5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos
los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la
Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe
recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos
verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor
por las tuyas.
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