lunes, 20 de agosto de 2012

La Junta de Andalucía amenaza con blindar el aborto y restringir aun más el derecho a la objeción de conciencia sanitaria


13/06/2012

La Consejera de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, ha anunciado en la Comisión de Salud del parlamento andaluz un conjunto de seis nuevas disposiciones legales con las que, según ha informado ABC de Andalucía, pretende «blindar lo público» ante los «embates neoliberales» del Gobierno de Rajoy.

Entre dichas normas se incluye una ley de objeción de conciencia en el ámbito sanitario, que ha sido interpretada por la oposición como un intento de “complicar que los profesionales sanitarios puedan a acogerse a ese derecho en temas tan sensibles como el aborto o la ley de muerte digna”.

Asimismo y a través de una ley de “garantías del sistema sanitario público”, la Junta de Andalucía pretende “la mejora de la calidad y de la accesibilidad de los servicios públicos de atención a la interrupción voluntaria del embarazo” (por el aborto). La consejera, siempre según ABC de Andalucía, fue muy clara en ese sentido: «Se combatirá cualquier retroceso en este terreno».

Ante estos anuncios, la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia (ANDOC) emitía ayer una nota de prensa en la que denunciaba que la Junta de Andalucía “amaga con dar el jaque mate definitivo al derecho a la objeción de conciencia sanitaria”.

Para ANDOC la iniciativa no pasaría de ser una escaramuza más del pulso que mantiene el Gobierno PSOE-IU contra el Gobierno central, con el fin de crear un clima de tensión en aquellos temas en los que ideológicamente trata de distinguirse, si no fuera por el largo historial de la Junta en su acoso contra la objeción de conciencia sanitaria.

A la espera de conocer más detalles sobre esa “ley”, según ANDOC habría que preguntarse:

1º Si la Junta es consciente de que legislar sobre derechos reconocidos constitucionalmente es una materia reservada al Estado.

2º Si no se trata de dar una “vuelta de tuerca” a la ya grave situación de los profesionales sanitarios que la Junta considera disidente, obligándoles a apuntarse a una “lista negra”.

Desde hace años, es patente la oposición y desconfianza de la Junta hacia la objeción de conciencia en general y los objetores, en particular. Tras más de 10 años de acoso a los farmacéuticos objetores, y de “borrar” el derecho a la objeción de conciencia de su ley de muerte digna, concentró sus “tics” ideológicos, a partir de la ley del aborto, en los profesionales sanitarios de Atención Primaria.

El gobierno andaluz puede presumir, entre sus colegas de otras Comunidades de ostentar el funesto record de profesionales sanitarios (más de 40 casos en poco más de un año), abocados a acudir para hacer valer su derecho a la objeción de conciencia, tras haber seguido éstos la vía que establece la Ley 2/2010: comunicación anticipada y por escrito de su objeción. Paralelamente a su política de imponer el aborto como derecho en sus centros de Salud, trata de amedrentar y discrimina de hecho a los médicos de familia objetores, mediante normas arbitrarias, que les marginan en los procesos de calificación y promoción profesional.

ANDOC presentó el verano pasado ante el Consejo de Europa un amplio Informe sobre las numerosas vulneraciones de este derecho entre los sanitarios andaluces. Ese informe se sustanció en una interpelación parlamentaria, firmada por más de 20 parlamentarios de distintos países.

Con estos antecedentes, continua la nota de ANDOC, no tiene nada de extraño que el balance que presenta Andalucía respecto a la práctica del aborto sea demoledor: es la segunda Comunidad española (a corta distancia de Cataluña) en número de abortos de menores de 19 años (3152 en 2010; 15% sobre el total de 20543 abortos); y en número de clínicas abortistas acreditadas (18); que obtienen más del 90% del erario público.

Paradójicamente, concluye, mientras la Junta financia generosamente (en un momento de crisis económica) la industria del aborto, deniega cualquier tipo de ayuda pública a entidades que tratan de ayudar a mujeres embarazadas con riesgo de aborto, que quieren ser madres. En España son ya 10 Comunidades las que han aprobado iniciativas legislativas en defensa de la maternidad (en algunas con el voto favorable de parlamentarios socialistas). El Parlamento andaluz, sin embargo, rechazó en octubre de 2007 una iniciativa popular semejante (la primera que se presentaba en 25 años) a pesar de que se presentaron casi 100.000 firmas válidas.





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