Hace tan solo unas semanas, Carlos Chiclana,médico especialista en Psiquiatría y autor de «Atrapados en el sexo» recibió la invitación de un colegio de secundaria para hablar de la adicción al sexo. Tras la charla le han escrito varios alumnos: le piDen ayuda.
Entrevista al psiquiatra carlos chiclana / www.abc.es
/ lunes 13 mayo de 2013
«Se encuentran atrapados por su
conducta sexual, ni pueden no hacerla, les quita tiempo, les bloquea el
estudio, se sienten desconcertados e insatisfechos», asegura Chiclana.
En nuestra sociedad, cuando se habla de adicción al
sexo o «hipersexualidad», como prefiere denominarla Carlos Chiclana, todo el
mundo calla, pone la oreja, escucha y se ríe, pero como él mismo afirma «el
asunto no tiene ninguna gracia, porque una persona que presenta hipersexualidad
suele pensar y tener prácticas sexuales con una frecuencia o condiciones que le
generan distorsión en su vida cotidiana, en su bienestar personal, en sus
relaciones personales, sociales, en su trabajo o en su economía».
Añade que la conducta sexual fuera de control puede
haberse desarrollado de forma adictiva y también como una compulsión, como
un hábito aprendido, por impulsividad o en el contexto de una patología
orgánica o psiquiátrica. «Por esto no es una broma ni un chiste tener este
problema».
¿Cuándo se considera que una persona es hipersexual?
¿Cómo se mide?
Existen abundantes instrumentos para medir la
hipersexualidad. Hay entrevistas clínicas específicas y cuestionarios. No es
sin más el criterio subjetivo de sentir, pensar y considerar que mi conducta
sexual es más frecuente o intensa de lo que yo deseo, el único criterio
necesario para diagnosticar hipersexualidad. Tampoco son exclusivamente las
consecuencias que se deriven de ella. Es el conjunto de síntomas, parámetros,
situaciones, vivencias, duración, modos de afrontar y otras variables las que,
desde una perspectiva poliédrica y multidimensional, nos permitirán hacer un
diagnóstico preciso.
¿Cuáles son las principales causas de esta conducta?
Cada persona es un mundo, tiene una historia
particular y unas vivencias personales. Esto es lo importante. Puede estar
relacionada con patologías psiquiátricas, estrés y tensión de la vida
cotidiana, cansancio, no tener ocupaciones de disfrute, no saber descansar, no
tener aficiones, aprendizaje vinculado a otras situaciones no sexuales,
desarrollo de hábitos perjudiciales, ausencia de o mala formación y educación
sexual, dificultades en las relaciones interpersonales, alteración en el control
de los impulsos, abusos en la infancia, falta de conocimiento personal,
identidad no configurada, temperamento de características adictivas,
afectividad desordenada, mal educada o con necesidades especiales, falta de
enraizamiento familiar con relaciones de apego inseguro o evitativo.
Lo importante no es que busquemos estas dificultades
en las personas que atendamos, sino que conozcamos bien a la persona que desea
salir de esta situación y atendamos a sus causas particulares, sus
motivaciones, sus necesidades. No hay una persona igual a otra.
¿A qué edad comienza? Perfil de las personas que
presentan este problema.
Como se acaba de publicar en una revista científica,
la edad más habitual de inicio es la adolescencia, pero puede comenzar también
posteriormente.
¿Cómo afecta a la pareja convivir con una persona con
hipersexualidad?
He podido ver auténticas historias de amor épico en
parejas que se alían para salir de este problema. El sufrimiento, desconcierto
y rabia de la pareja es enorme. Es muy difícil entender el problema y qué le ha
llevado hasta ahí. A veces puede aparecer la culpa que acusa de no haber estado
a la altura y que por eso la otra persona ha necesitado recurrir a eso. También
genera rupturas de parejas, matrimonios y familias. Lo interesante es saber que
se puede solucionar y si se puede contar con la pareja y la familia en el
proceso terapéutico para rechazar las conductas y acoger a la persona, se
acelera la recuperación.
¿De qué manera se puede acabar con esta conducta?
Lo primero es hacer un diagnóstico adecuado. Conocer
si es un problema aislado o está en relación con patologías médicas,
psiquiátricas, problemas psicológicos u otras variables. Después es necesario
diseñar un plan de tratamiento desde una perspectiva integral que incluya lo
necesario de diversas dimensiones: biológica, psicológica, actitud personal y
entorno.
El cambio no suele ser milagroso ni de un día para
otro. Como cuando quieres adelgazar es necesario que te lo propongas, que te lo
tomes enserio. Con dedicación, esfuerzo, constancia se aprende un nuevo estilo
de vida, se corrigen errores. Esto requiere práctica, un reciclaje en el modo
de vivir la afectividad y la sexualidad.
Es difícil, sí y cuesta mucho, vale la pena, genera
felicidad, te quitas de muchos líos, ahorras dinero y ganas en libertad, cuidas
mejor de ti mismo y de tu familia. Todo esto es posible si te lo tomas en
serio, si te permites adentrarte en lo que te ocurre realmente y eres firme y
constante, aunque haya problemas, recaídas y sufrimiento a lo largo del camino.
¿Es España un país que se caracterice por la
hipersexualidad?
No tenemos estudios comparativos que permita afirmar
que nos caractericemos por ser hipersexuales. Me parece que en España tenemos
por delante una tarea muy interesante y bonita que es recuperar los valores
sexuales de la persona y enmarcarlos como explica el profesor Montejo, director
científico de la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental, en personas
con libertad, rostro y afectos que nos permitan amar y ser amados.
Los expertos dicen que la crisis, el paro, el estrés…
influyen en la falta de deseo sexual, ¿Supone un momento de alivio para los
afectados?
Para las personas con hipersexualidad la crisis no
supone un parón. Para algunos las situaciones de estrés o de desocupación
pueden aumentar la frecuencia de las conductas.
Los españoles padecemos más hipersexualidad o
hiposexualidad?
En mi opinión lo importante no son las estadísticas
sino que cada persona pueda atender sus necesidades y recibir ayuda si la
precisa. Ya sea para aumentar el deseo sexual o disminuir las conductas. Que
puedan tener equilibrio y armonía en su vida sexual.
¿Cómo se define la normosexualidad?
No lo sé, creo que no existe una definición. La OMS
propone una definición de salud sexual que me parece acertada: «la integración
de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser
sexual por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la
personalidad, la comunicación y el amor».
El psiquiatra que empleaba el término
«normosexualidad» en la anécdota que comento en el libro, lo decía precisamente
para recalcar que no hay un medidor de «sexualidad normal», porque existen
muchas variables que enmarcan una sexualidad normal: edad, formación, respeto,
afecto, amor, cariño, satisfacción, identidad, placer, relaciones y valores
personales, proyecto vital. ¿Cuál es el aliñado normal de una ensalada? Depende
de muchos factores. Lo interesante es que cada persona pueda gobernar su vida.
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