La consejera de Educación de la Junta de
Andalucía acaba de manifestar la necesidad de ‘preservar el equilibrio y
predominio de la educación pública...'. Al mismo tiempo, critica la reforma
educativa del Gobierno que pretende “cerrar colegios públicos y...
artículo de Javier Pereda Pereda /
www.ideal.es
La consejera de Educación de la Junta de
Andalucía acaba de manifestar la necesidad de ‘preservar el equilibrio y
predominio de la educación pública,
porque es la que garantiza la igualdad de
oportunidades’. Al mismo tiempo, critica la reforma educativa del Gobierno que
pretende “cerrar colegios públicos y que se comiencen abrir privados, como en
Madrid”.
Lo primero que tendrían que tener claro los
poderes públicos –como preceptúa la Constitución- es garantizar el derecho que
asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación que esté de acuerdo
con sus propias convicciones, y de ahí que se reconozca el derecho a la
libertad de creación de centros docentes. Es decir, tendrían que dejar a los
padres que se organicen y elijan con libertad el tipo de enseñanza que quieren
para sus hijos, al ser ellos los únicos legitimados.
Sin embargo, los postulados del gobierno
andaluz, conformado por el partido
socialista e Izquierda Unida, son los de suplantar y sustituir de facto
a los padres en ese derecho tan importante. Con ello, se pretende una sociedad
uniformada, en un mal
entendimiento de la igualdad de oportunidades; controlada
e intervenida, con programas de ingeniería social por el poder político;
igualitarista por abajo, en la que no se incentiva la excelencia y la calidad.
De ahí la suspicacia ante cualquier atisbo de
libertad de los padres en organizarse según sus ideas. Por eso, la enseñanza
concertada y la diferenciada –según estos planteamientos ideológicos- están en
el punto de mira de la Administración educativa andaluza, pese a la continua
demanda de alumnos en estos colegios -cuyo coste es la mitad de una plaza
pública- que son parte de la solución y no el problema.
La enseñanza pública andaluza está en la cola
del resto de España y Europa, y estos resultados son directamente
proporcionales al nivel de desempleo en esta región. Por ello, a los alumnos de
las familias más desfavorecidas son a quienes se les priva de la igualdad de
oportunidades, por hacer prevalecer estos criterios ideológicos.
Aquí lo recurrente es esgrimir excusas, y
echar la culpa al Gobierno, a los recortes, o a la crisis…, en lugar de
esmerarse en una mayor calidad de la necesaria enseñanza pública, y fomentar la
libertad de enseñanza.
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