El matrimonio
y el amor no tratan acerca de quién está equivocado y quién tiene razón; sino
sobre quién está a tu lado.
artículo
de Ben Stein / fuente: The American Spectator
Ben Stein escribe un reciente y ameno artículo en The American
Spectator en el que habla sobre “la economía del amor”; ciencia que aplica a un
caso práctico. Recuerda cómo un viejo profesor de economía le explicó que “la
economía trata sobre la asignación de los bienes escasos”. Esta definición perfecta
se puede aplicar sobre el más escaso y más preciado de todos los bienes: el
amor.
Un
pariente muy cercano de Stein, T, casado hace cuatro años con una joven y
hermosa mujer, fue a su casa para ver el torneo americano de la Super Bowl. Al
entrar, Stein observó que T estaba agitado y muy molesto por un contratiempo
que había tenido esa mañana con su esposa. Según él, ella le había respondido
muy mal cuando él le preguntó por qué estaba tomando una ducha por la mañana en
vez de por la noche.
Stein
intentó tranquilizar a su amigo y le dijo que se trataría de una broma, pero T
no lo creía así y continuaba histérico. Sin embargo, el fútbol lo tranquilizó
temporalmente. Para Stein, el mayor programa de promoción de la salud mental en
el país, tal vez en el mundo, es la difusión televisiva de eventos deportivos
de primer nivel.
T
volvió a la carga diciendo que quería que su mujer le pidiera disculpas. Stein,
con más experiencia, le ofreció varias reflexiones: “Discusiones entre maridos
y esposas, especialmente jóvenes, son solo una parte del paisaje. Son
inevitables. Cuando las parejas casadas son jóvenes, aún no han aprendido que
el activo real en su vida no es su ego o el orgullo individual. La gran ventaja
es el matrimonio mismo”.
El
joven pariente insistía en que quería que ella se disculpase. Stein le hizo ver
que, de vez en cuando, “ella se exaspera y estalla, pero su amor por ti es
abrumador… ¿Qué harías si ella te dejara?” Sin dudarlo un momento, T dijo: “me
mataría”.
“Eso
es lo que pensé que ibas a decir” , respondió Stein, que continuó con su
argumentación: “En ese caso, ¿por qué quedarte enfadado con ella y propiciar el
más mínimo riesgo de que pudiera hacer eso? ¿Por qué no haces un esfuerzo por
mantener la calma y dar tiempo para sanar la situación, a la vez que usas
palabras amables? (…) El más raro de los tesoros es el amor de una buena mujer
o un hombre. Es el más escaso de los bienes en este planeta. No hagas nada que
pueda, incluso remotamente, exponerte a perder el amor de tu mujer”.
Stein
veía que su tratamiento iba haciendo efecto y prosiguió: “¿Por qué no le envías
ahora un texto que diga: sé que no soy el mejor marido. Sé que te lo he hecho
pasar mal una y otra vez. Pero sé que eres la mejor esposa que existe. Estoy en
estado de asombro perpetuo por tenerte como mi mujer. Pero aún así, lo que me
dijiste esta mañana me dolió profundamente. No es nada comparado con todo lo
que compartimos. Por lo tanto, vamos a dejarlo atrás y seguir adelante… Y, por
supuesto, te quiero más cada día y solo quiero que nos mantengamos unidos, más
que nada en el mundo”.
El
economista del amor explicaba a su joven amigo: “El matrimonio y el amor no
tratan acerca de quién tiene razón y quién está equivocado (…) El amor y el
matrimonio tratan sobre quién está a tu lado. Lo clave para ti es formar una de
las parejas que todavía están juntos cuando llevan 50 años en el camino (…)
Invierte en la paz de la mente; no en el pillaje y el saqueo de la autoestima
de tu mujer. La paz es hermosa y los dividendos que paga la paz en el
matrimonio son inmensos (…) El único activo que realmente significa la vida o
la muerte para vosotros es estar juntos. La inversión en la paz en tu propia
vida es la mejor inversión que puede hacer (…) El valor del bien a adquirir,
solo por unas pocas palabras amorosas, es simplemente incalculable”.
Stein
citó a su amigo Jesse Jackson, quien tenía una gran frase que utilizaba cuando
se encontraba en una pelea con alguien: “Pasemos del terreno de batalla a un
terreno común, a tierras más altas”. “El terreno común, cuando estás tranquilo,
es saber que el amor de tu esposa es tu activo más valioso, el que más
felicidad te produce”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario