La información sobre
la renuncia del Papa y el próximo Conclave podría ser una buena ocasión para
dejar de lado algunos tics típicos de cierto modo de enfocar la información
sobre la Iglesia Católica.
Realidad y percepción de la Iglesia |
artículo de Diego Contreras / www.laiglesiaenlaprensa.com
La información sobre la renuncia del Papa y el próximo conclave podría ser
una buena ocasión para dejar de lado algunos tics típicos de cierto modo de
enfocar la información sobre la Iglesia católica. En efecto, leer titulares
como “El Papa deja el Vaticano en medio de luchas de poder y traiciones”, hace
pensar que hay todavía mucho espacio para la mejora. Temo que se está creando
una narrativa sobre el tema que está muy lejos de la realidad. Aquí van varias
sugerencias, algunas más de fondo, otras más circunstanciales.
2. La fe y la gracia
de Dios tienen algo que ver con la vida de la Iglesia. Si se prescinde
absolutamente de esa dimensión, se acaba por no entender la lógica de la
institución, y la vida de muchas personas que han entregado todo por amor.
Desde luego, no es preciso hacer referencia constante a ello, pero sí tenerlo
al menos en el horizonte. Ignorarlo sería como olvidar América al hablar de
Cristóbal Colón.
3. “La Iglesia está
en crisis (la renuncia del Papa es un paso más)”. Se podría decir que siempre
está en crisis. La Iglesia –como la sociedad en general- se enfrenta hoy con
graves problemas, pero la renuncia del Papa no es precisamente una expresión de
crisis sino de salud: el Papa renuncia (por primera vez en la historia) y no
ocurre nada trágico. Se diría incluso que con su renuncia, ha transmitido vigor
espiritual a la Iglesia y ha alzado el punto de mira de cara a la elección del
nuevo Papa.
4. 'La Iglesia debe
cambiar lo relacionado con la sexualidad para sobrevivir'. La situación actual
presenta a la Iglesia muchos desafíos. Discernir lo que hay que adaptar a los
tiempos y lo que es permanente es una de las tareas del Papa y los obispos.
Durante la historia han tenido muchas ocasiones de ponerse a favor del viento,
pero no lo hicieron (vientos que hoy nos parecerían ridículos). En todo caso,
pensar que cambiar la doctrina sobre la sexualidad es garantía de éxito incluye
un error empírico: varias confesiones cristianas lo han hecho, y hoy son
(tristemente) irrelevantes.
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