Escribe el académico Luis María Ansón en el
diario El Mundo una de sus 'Cartas boca arriba' ('Libertad real de la mujer
para decidir', Orbyt), dirigida al ministro de Justicia español, Alberto
Ruiz-Gallardón, acerca del aborto en España
www.elmundo.es
/ extraído de www.scriptor.org / domingo 11 de marzo de 2012
“Querido
ministro…
En un
memorable artículo publicado por el ABC verdadero, Miguel Delibes cuestionaba
algunos aspectos del aborto y aseguraba que el progresista auténtico está
siempre a favor del débil y en contra del fuerte, a favor del pobre y en contra
del rico, a favor de la mujer y en contra del hombre, a favor del negro y en
contra del blanco... Y a favor del feto y en contra de la madre, porque el feto
es el débil y la madre la fuerte. Aquel artículo de Delibes, ampliamente
reproducido en España y fuera de España, dio contenido razonador e intelectual a
los que se manifiestan en contra del aborto. No estamos, por otra parte, ante
una cuestión de moral religiosa, sino de derecho natural.
Tu
argumentación actual, querido ministro, no puede ser más sagaz e inteligente y,
tal vez por eso, ha desencadenado la tormenta en muchas de esas asociaciones
proabortistas que viven del dinero público y en las que algunas feministas se
forran los bolsillos de Prada. Según las encuestas a las que, sin duda, has
tenido acceso, el 80% de las embarazadas que han abortado habrían decidido no
hacerlo si hubieran recibido apoyos para tener a sus hijos. Tratas ahora de
restablecer la libertad de la mujer para decidir, eliminando la coacción
estructural a la que está sometida por una sociedad implacable. Sobre las
embarazadas presionan en muchas ocasiones las familias; en otras, los novios o
maridos; a menudo factores económicos o del entorno social; casi siempre el
temor a perder el puesto de trabajo.
Has
introducido, querido ministro, en el debate sobre el aborto un factor que no
contempló Delibes: el condicionamiento estructural. No es fácil que los
energúmenos, que las energúmenas, entiendan la solidez y la profundidad de tu
mensaje. Al margen de convicciones religiosas, al margen del derecho natural
que en mi opinión es lo principal, tú has aceptado la situación como está y has
propuesto que la mujer decida libremente si desea o no desea abortar. En lugar
de dar facilidades para interrumpir el embarazo pretendes otorgar facilidades
para que la mujer que desee tener el hijo del que está encinta lo pueda dar a
luz sin coacciones familiares, médicas, económicas, empresariales o de pareja.
El aborto no es un bien que conviene amparar, como ha dicho Juan Manuel de
Prada, sino un mal al que hay que combatir.
Te
van a crucificar, querido ministro, sobre todo aquellas organizaciones
feministas que han hecho de la defensa del aborto un excelente negocio
personal, cubiertas como están por las subvenciones de las Administraciones
públicas. Créeme que somos muchos los que te vamos a ayudar a que lleves la
cruz a cuestas por el calvario de las incomprensiones y las agresividades.
Entre
otras razones, porque tú no propugnas otra cosa que la libertad de la mujer
para decidir lo que considere conveniente sin coacciones, temores, ni
cortapisas”.
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