Entrevista
de Marta Santín a Ángel Pintado, presidente de la Acción mundial de
parlamentarios por la vida y la familia. /www.aceprensa.com /lunes 5 diciembre
2011
Ángel
Pintado, ex diputado y ahora senador del PP, preside desde hace un año la
Acción Mundial de Parlamentarios por la Vida y la Familia. A pesar de que la
corriente abortista inunda todas las instituciones parlamentarias, él considera
que la batalla por la vida tiene las de ganar. En el año 2002 comprometió su
puesto político. Votó en contra de su partido en la reforma de la Ley de
Reproducción Asistida junto con Luis Azpiroz (del PP) y Luis Silvia (CiU). En
su opinión, con esta la ley “se abría la vía para la instrumentalización de la
vida humana”. No solo no se le sancionó por aquella actuación, sino que además,
su valentía hizo que muchos parlamentarios comenzaran a reflexionar sobre la
vida, el aborto y la dignidad humana. Acaba de participar como invitado en el
30 aniversario de la Federación Provida.
Manifiesta una
esperanza insólita y está fuertemente convencido de que la cultura de la vida
vencerá a la cultura del derecho al aborto.
Mi
esperanza no es una utopía. Se están produciendo grandes cambios culturales. En
España, el gobierno socialista ha provocado un revulsivo en la sociedad. En la
defensa de la vida existe, en mi opinión, un paralelismo con lo ocurrido con la
esclavitud. Tuvieron que pasar varios siglos hasta que la abolieron. En el contexto
de aquella época, no se tenía conciencia de que se estuviera haciendo algo mal,
se veía la esclavitud como una necesidad económica para el progreso. Estoy
convencido que llegará un día en que nacerá una declaración en un parlamento
nacional o internacional, habrá un punto de ignición en el que se dé por
abolido el aborto y yo creo que ese punto de luz ha comenzado. ¿Cuántos años
costará? Depende de nuestro trabajo.
Pero el número de
abortos aumenta y los principales parlamentos mundiales y las Naciones Unidas
consideran que es un derecho de la mujer.
En
la ONU existe un debate interno. A pesar de que en los últimos años las
libertades de la mujer se han planteado bajo el eufemismo de salud sexual y
reproductiva capitaneadas por organizaciones como Planned Parenthood, a nivel
político se están dando cuenta que pierden fuelle. Estas organizaciones han
trabajado mucho por el derecho al aborto y por la reinterpretación de los
derechos humanos de la Carta de las Naciones Unidas. Nuestra batalla está en defender
a la mujer que sufre. Este mensaje está provocando cambios de mentalidad en los
movimientos pro choice (a favor del aborto) en Estados Unidos o en algunos
países de Latinoamérica, con gobiernos de izquierdas como el de Lula da Silva.
Y en España, ¿va a
modificar el nuevo Gobierno del PP la actual ley del aborto?
Nuestro
programa es muy claro: consideramos que el aborto no es un derecho. Y el PP, en
sus sucesivos gobiernos, ha demostrado que cumple el programa. Las bases del PP
están en contra de este derecho y se muestran defensores de la vida. Lo que
aparece en el programa electoral es suficientemente significativo para
modificar suficientemente la ley, para que el aborto no sea considerado un
derecho. El PP dará una respuesta positiva a las expectativas que se han creado
respecto al aborto.
Pero en Nuevas
Generaciones hay voces discordantes…
A
veces pueden surgir declaraciones de personas que hacen cabeza que dan la
impresión de que su opinión es la de sus representados y pueden provocar cierta
ambigüedad con el proyecto del partido. Pero hemos demostrado que nuestro
programa se fundamenta en el humanismo cristiano. Si no fuera consciente de que
estoy apoyando la esencia de mi partido, probablemente sobraría.
Provida echa en
falta más apoyo y ayudas por parte del gobierno del PP…
Nos
hemos comprometido a presentar una ley, y creo que será una de las primeras, de
protección jurídica de la maternidad, que ponga en valor la vida del niño por
nacer y el de la maternidad. Con ello, apoyaremos a todas las mujeres
embarazadas que se encuentren con problemas económicos, sociales, laborables.
Incluso, nos planteamos flexibilizar los mecanismos de adopción. Aunque según
todos nuestros estudios, a la mujer que se le ayuda para que siga con su
embarazo, un porcentaje altísimo no solo no aborta, sino que se queda
finalmente con su hijo. Esta ley contemplará ayudas concretas.
¿Y respecto a otras
leyes como la investigación biomédica o el divorcio expres?
Hay
alguna legislación que habría que reformar como la ley de la investigación
biomédica con embriones crioconservados. Hemos visto estas semanas que
multinacionales abandonan esta investigación [con células madre embrionarias]
porque no consiguen resultados positivos. Lo que es un sinsentido es la
cantidad de embriones que tenemos congelados sin darle una solución ética.
Respecto al divorcio expres, pensamos que el Estado tiene la obligación de
proteger una institución tan básica como el matrimonio. Creo necesario un
tiempo de reflexión antes del divorcio porque se ha demostrado que en países
que lo han incluido más de la mitad de las parejas volvían a recuperar su vida
en común.
Ahora usted está en
el Senado. ¿Siguen quedando diputados coherentes en el Congreso para modificar
la actual ley?
Sin
duda alguna y son muchos. Pero como senador sigo teniendo fuerza. Además, desde
la Asociación Española de parlamentarios por la Familia y la Dignidad Humana,
trabajamos con todos los grupos parlamentarios, también con los de izquierdas.
Alrededor de un 15% de parlamentarios del PSOE se mostraban contrarios a
considerar el aborto como un derecho. Y también estamos observando que muchas
mujeres políticas, al ser madres, cambian su percepción hacia el aborto.
¿Cuáles son los
próximo objetivos como presidente de Acción Mundial de Parlamentarios y
Gobernantes por la Vida?
Tenemos
representación parlamentaria en 40 países. Asociaciones como la de España solo
hay en México y Paraguay, pero pronto se constituirán otras. En Polonia se está
llevando a cabo una labor ingente a favor de la vida humana. Mi papel es
coordinar las acciones que se llevan a cabo a nivel mundial, promover políticas
a favor de la vida y frenar con argumentos razonados las acciones en contra de
la vida. No tenemos todavía personalidad jurídica pero queremos entrar en
Naciones Unidas. Estos últimos 20 años, las personas pro-aborto han trabajado
muy fuerte y han conseguido cotas de poder que tampoco se corresponde con el
apoyo que tienen en la sociedad. Nosotros debemos trabajar más y mejor que
ellas.
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